Establizar la población mundial no es sólo cuestión de planificación familiar. También atañe a la satisfacción de las necesidades humanas en lo que a comida, vivienda y salud se refiere. Otra necesidad humana básica, o medio para satisfacer las necesidades humanas, es el empleo. El empleo, a través de su función generadora de ingresos, puede satisfacer las necesidades alimenticias, de viviendas y sanitarias. Además contribuye a la autoestima y la autorrealización de la persona.
Con la fuerza laboral actual de unos 2.300 millones de personas aproximadamente en todo el mundo, se estima que un tercio de esta cifra corresponde a parados o subcontratados. Los problemas de empleo, en términos absolutos, son más evidentes en los países en vías de desarrollo.
Esto implica que tienen que crearse anualmente unos 30-40 millones de empleos.
El empleo será uno de los factores decisivos en lo que respecta a la capacidad de los países, tanto a escala individual como mundial, para asegurar estabilidad política a nivel nacional e internacional.
A lo largo de la historia hemos visto que un alto nivel de desempleo puede provocar disturbios, inestabilidad política e inseguridad general. Aumentar las oportunidades de empleo debería de ser un tema prioritario para los gobiernos de todo el mundo. Es importante para la juventud identificar cómo pueden contribuir de una forma positiva a estos esfuerzos.
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