A pesar de que, en la actualidad, algunos de los mecanismos de transmisión de escalas de valores se enmascaren bajo apariencias de modernidad o de democracia, es bastante evidente que adolescentes y jóvenes pueden tener dificultades para defenderse ante las oleadas de sumisión a los modelos sociales dominantes, sobre todo cuando dichos modelos utilizan los métodos que le proporcionan las nuevas tecnologías, o cuando pretenden deslumbrarles mediante la espectacularidad de la imagen, mucho más simple y más fácil de ser rápidamente digerida que los razonamientos pautados. Y, sobre todo, mucho más " fáciles" que la palabra libre y el debate abierto.
Con el fin de preservar una sociedad fundamentada en la consideración de que las personas somos básicamente lo que tenemos, o lo que exhibimos, o lo que somos capaces de consumir, por encima de lo que somos como personas, se trasmite, continuamente, una visión de la vida centrada en el éxito rápido, en el triunfo económico, en el egoismo individualista, en la competitividad. Y todo ello dispone de muchas medidas para filtrarse en las conciencias de los segmentos más jóvenes de la sociedad.
No es ninguna casualidad que sea el mundo de la gran empresa financiera o industrial, muy a menudo dominadora de los grandes medios de comujnicación, el que filtre la granmayoría de los esquemas mentales que, prefigurán, en la conciencia de la juventud, el modelo de percepción de la realidad de los futuros consumidores. Y, en ocasiones, demasiado a menudo, son incluso los mismos jóvenes y adolescentes quienes se convierten en consumidores mucho antes de que puedan desarrollar algún sentido de defensa de las parcelas de vida libre e inventiva que podían quedarles, no tan sólo, pero sí fundamentalmente, a través de los medios de comunicación audiovisuales, de la publicidad o de la televisión.
( Fuente Informativa.- Revista de Estudios de la Juventud Nº-72). Continuará.
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